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¿PROTAGONISTA O ESPECTADOR?

  • Foto del escritor: ajobadec
    ajobadec
  • 30 ene 2015
  • 2 Min. de lectura

Más de alguna vez nos hemos preguntado en el ministerio ¿por qué siempre son los mismos? ¿por qué siempre son ellos?. Ver siempre a las mismas personas dirigiendo, organizando, planificando, sirviendo, en frente de algún cargo, etc. Al final esas preguntas nos hace interrogarnos, ¿y yo que?

¿Expectador?

Pues en cierta ocasión, estando en clase de jóvenes de Escuela Dominical nuestro maestro nos confrontó de una manera desafiante, en lo personal, a cada uno nos hizo preguntarnos ¿qué queríamos hacer con nuestra vida?, si ¿solamente espectadores de la obra o protagonista de ella?. Por supuesto, todos queríamos ser protagonistas.

Al final comprendí que Dios nos manda a ser protagonistas de su obra, que todo lo que hagamos, ya sea de hecho o de palabra que sea para glorificar su nombre.

Así como Pablo nos enseña en: 1 Corintios 4:1 "Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios." Reina Valera 1960 (RVR1960)

El ser protagonista demanda despojarnos de nuestra comodidad y ofrecernos al servicio de Dios,y de esta manera servimos a las demás personas. Al poder ver a esas personas que siempre están trabajando en la viña, personas que se pueden notar que han dispuesto en su corazón ser sacrificio vivo para Dios. Que viven su vida en ¡Entrega y Servicio!, se puede ver y sentir que están llenas del Espíritu Santo. Personas que se convierten en servidores de la obra de Dios, las cuales lo hacen con gran gozo y alegría para Él.

Es por eso que siempre ves a las mismas personas al frente, las cuales se decidieron a tener una vida de servicio. Mientras tanto los espectadores siguen en sus asientos preguntándose ¿Por qué solo ellos? No han podido comprender que el ser seguidor de Cristo significa negarse a sí mismo y seguirle. Adquiriendo la actitud de siervo ante los demás.

Al ser llamados cristianos hemos “entendido” que debemos de despojarnos de nuestro «Yo», dejar de pensar en nosotros, y pensar en los demás. Cuando comprendemos esto y nos dejamos llenar del Espíritu Santo comenzaremos a ser protagonista de la obra del Señor.

Dios espera con ansias que tú decidas ser un protagonista, Él promete; transformarte, restaurarte, levantarte, darte sabiduría de lo alto, renovar tus fuerzas y acompañarte en todo momento. Porque su palabra nos enseña que Él siempre termina la buena obra.

¡Vamos, anímate! La mejor decisión como joven que puedes tomar es rendir tu vida a Dios, y con seguridad te puedo decir que Él la usara para grandes cosas.

Ahora solo me queda decirte, que quieres ser ¿Protagonista o Espectador?.

Bendiciones. Manuel Chicas

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