MISERABLE DE MÍ

¿QUIÉN ME LIBRARÁ DE ESTE CUERPO DE MUERTE? Cada vez que hablamos de malos hábitos, sentimos un gran nudo en la garganta, esto es porque todos enfrentamos malos hábitos, pecados ocultos que debemos dejar. Esto sucede porque tenemos el pensamiento de que nunca podremos cambiar e incluso sentimos vergüenza de confesar nuestro pecado y no buscamos ayuda. Pensamos, que siempre estaremos lidiando con estas malas costumbres sin importar el tamaño que tengan, desde no poder sostener una dieta, hasta no dejar un mal vocabulario.

Somos presa del pensamiento, pero nuestra consciencia nos hace reflexionar, en que debemos de cambiar para acercarnos a Dios. Pero luego ese pecado, esa debilidad nos domina constantemente, que tantas veces luchamos y perdemos la batalla. Nos seguimos dejando dominar por esos pensamientos, que nos hacen comenzar a decir; ¡que importa, siempre estaré cayendo! ¡y no importa cuánto lo intente, siempre caeré!, ¡mejor dejaré de luchar!. Además, ¿como puedo yo acercarme a la presencia de Dios estando en este pecado?, ¿como puedo ser luz, si dentro de mi, hay tanta oscuridad?. La verdad no es esta, esta es una ilusión más, una cortina de humo que trata de esconder una gran verdad bíblica. Pasaje bíblico que lo encontramos en la “Epístola de Pablo”, en: Romanos 6 :17 - 18 “Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.” Reina-Valera 1960 (RVR1960) No debe reinar el pecado sobre nosotros, tenemos la fuerza del Espíritu Santo el cual es fiel y justo, no es con nuestras fuerzas, que venceremos estos pecados y malas costumbres. Ellas no nos dominaran eternamente, dejemos nuestra antigua manera de pensar, renovando nuestra mente y corazón. ¿Quieres no pecar?, llena tu mente de versículos bíblicos, música espiritual, escucha estudios bíblicos y pasa tiempo en oración. Dios nos sigue hablando a través de la siguiente cita bíblica en:

Romanos 8: 2 “Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.” Reina-Valera 1960 (RVR1960) Si caemos nuevamente en este pecado, es porque no pedimos ayuda al Espíritu Santo, entrega a él los secretos de tu corazón, tus miedos y fallas. Dios te espera con brazos abiertos, te dará la fuerza para cerrar esa página de internet; el cerrará tus oídos a esa música, cerrará tu boca antes de decir esas palabras que no edifican, te hará mirar a otro lado, el detendrá el ímpetu de tu carácter. ¡Vamos entrega tu vida a Cristo!

Y no olvides: “Así que, si el hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.” Juan 8:36 Reina-Valera 1960 (RVR1960) Lo que era imposible para nosotros por nuestra humana debilidad, Cristo en carne lo conquistó, nos ha dado de su Espíritu, para que no actuemos según nuestra debilidad. El Espíritu de Dios hace morir todas estas malas costumbres, para que nosotros podamos vivir según su justicia. Y una vez limpios y justificados, podrás levantar tu cabeza, liberándote de toda condenación y sombra de duda. Y el Espíritu de Dios mismo da testimonio de nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.